3 Familia Ramirez
CONTINUACION DE LA GENEALOGIA DE LA FAMILIA RAMIREZ DE SAN JUAN
2.1010 Hijos de José María Ramírez
José Maria Ramírez hijo natural de Juan Ramírez Silva y nieto de Blas Ramírez se casó en Azua con María Vicenta Beltré - Purrunga- nativa de Azua y se radicaron en el paraje "Barro en Medio" municipio de Azua teniendo los siguientes hijos:
2.10101 Manuel María Ramírez Beltré - Manolo
2.10102 Gregorio Ramírez Beltré - Gollito-
2.10103 José María Ramírez Beltré
2.10104 Isabel María Ramírez B.- Bellón-
2.10105 María de los Santos Ramírez B. - Santico -
2.10106 María Virginia Ramírez B. - Billina-
2.10107 Altagracia Rosa Ramírez B.
2.1 Domingo Ramírez Silva.
2.3 Domingo Ramírez Silva el hijo de Blas Ramírez vivió y murió en Azua sin dejar descendencia.
2.4 Manuel Ramírez Silva.
2.5 Hijos de Teresa Ramírez Silva. ( Teresita)
Teresa Ramírez tuvo tres hijos naturales en Azua:
2.51 Valentina Ramírez
2.52 Marcos Ramírez
2.53 Olguín Ramírez
Teresa Ramírez Silva se casó en época de la anexión con el español Tomás Guix, al retirarse los españoles por la restauración Teresa Ramírez acompañó a su esposo al ser evacuado a Guantánamo Cuba donde procrearon dos hijos:
2.54 Ramón Guix Ramírez
2.55 Antonio Guix Ramírez
Marcos y Olguín se enrolaron en él ejercito libertador de Cuba alcanzando altos méritos y grados, ambos perecieron en la férrea batalla de " El Caney" en Santiago de Cuba, enfrentados con el General español Varo del Rey quién también pereció en esa batalla. Teresa Ramírez ya viuda regresó a Azua con sus hijos Valentína, Ramón y Antonio.
2.6 Hijos de Francisca Ramírez Silva. (Panchita)
Francisca Ramírez Silva, hija de Blas Ramírez, tuvo una hija natural en Azua:
2.61 Mercédes Ramírez
que se fue a vivir a Pizarrete en Baní donde le sobreviven sus nietos y biznietos.
Luego se casó con Manuel Dotel y tuvieron dos hijos:
2.62 Casimiro Dotel Ramírez
2.63 Cecilia Dotel Ramírez
2.62 Casimiro Dotel Ramírez se Radicó en San Juan y dejó por lo menos dos hijos (según. Carmito Ramírez, pero no tenía a mano los nombres)
2.63 Hijos de Cecilia Dotel Ramírez
Cecilia Dotel Ramírez la hija de Francisca y Nieta de Blas Ramírez tuvo diez hijos naturales:
2.631 Altagracia Dotel
2.632 Angel María Dotel
2.633 Ismael Dotel
2.634 Heriberta Dotel
2.635 Manuel de Jesús Dotel
2.636 Antonio Dotel
2.637 Casimiro Dotel
2.638 Anacaona Dotel
2.639 Felix Ernesto Dotel “ El Negro” Padre de :
2.6391 Ernesto Dotel Matos,
2.6392 Roberto Benildo Dotel Matos,
2.6393 Thelma Odeida Dotel Matos: Madre de Alina Bello Dotel
2.6394 Felix Ernesto Dotel Matos,
2.6395 Lesbia Ernestina Dotel Matos y
2.6396 Hector Bienvenido Dotel Matos.
Y Fuera del matrimonio a:
2.6397 Dante Dotel,
2.6398 Neri Dotel
2.6399 Socrates Mora Dotel,
2639.10 Manuel,
2639.11 Felix y
2639.12 Orfelia Dotel
2.7 Gerónima Ramírez S. ( Chombita)
Gerónima Ramírez Silva - Chombita- hija de Blas Ramírez se casó en Azua con Casimiro Felix, y procrearon seis hijos:
2.71 José Felix Ramírez
2.72 Cristina Felix Ramírez
2.73 Ana Felix Ramírez
2.74 Juan Felix Ramírez
2.75 Carmen Felix Ramírez
2.76 Tomasa Felix Ramírez
2.72 Hijos de Cristina Felix Ramírez
Cristina Felix Ramírez hija de Gerónima Ramírez y nieta de Blas Ramírez se casó y radicó en Azua con Ventura Simonó teniendo quince hijos:
2.721 Altagracia Simonó Felix 2.722 Adelaida Simonó F.
2.723 Abigail Simonó Felix 2.724 Felix María Simonó Felix
2.725 Altagracia María Simonó Felix 2.726 Felicia Altagracia Simonó Felix
2.727 María Guadalupe Simonó Felix 2.728 Buenaventura Simonó F.
2.729 Felipe Simonó Felix 2.7210 Esperanza Simonó Felix
2.7211 Fernando Simonó Felix 2.7212 Aquiles Simonó Felix
2.7213 Ana Rosa Simonó Felix 2.7214 Angel María Simonó Felix
2.7215 Manuela Simonó Felix
2.73 Hijos de Ana Felix Ramírez
Ana Felix Ramirez, Hija de Gerónima Ramírez - Chombita - se casó y radicó en Azua
con Juan Marrero, procreando seis hijos:
2.731 Edalia Marrero 2.732 Mauricio Marrero
2.733 Manuel José Marrero 2.732 Mauricio Marrero
2.734 Socorro Marrero 2.735 Angélica Marrero
2.736 Eliseo Marrero
2.8 Hijos de Gregorio Ramírez Silva
Gregorio hijo de Blas Ramírez se casó en Azua con Francisca Silva y se radicaron en el paraje "La Vereda " de la sección de El Barro de Azua y tuvieron tres hijos:
2.81 Mercedes Ramírez
2.82 Altagracia Ramírez - Lala-
2.83 Gregorio Ramírez - Barraco-
En "La Vereda" viven muchos descendientes de Mercedes Ramírez.
Los Ramírez de Carrera de Yeguas
Las Matas de Farfán
2.14 Hijos de José Miguel Ramírez
José Miguel Ramírez hijo natural de Juan Ramírez Silva, nieto de Blas Ramírez se casó en Las Matas de Farfán con Mercedes Beltré se radicaron en la sección de "Carrera de Yegua" y tuvieron los hijos siguientes:
2.10111 Ana Teodora Ramírez Beltré
2.10112 Ana Joaquina Ramírez Beltré -Pimpina-
2.10113 Leticia Ramírez Beltré
2.10114 Cristóbal Ramírez B.
2.10115 José Francisco Ramírez B. - Padrino-
2.10116 Manuel Basilio Ramírez Beltré
2.10117 Cristobalino Ramírez Beltré.
También hubo un hijo natural reconocido de José Miguel Ramírez en las Matas de Farfán
2.10118 Francisco Ramírez
2.2 Hijos de Tomás Ramírez Silva. (Tomasico)
Los Ramírez de Pedro Corto
Tomás Ramírez Silva - Tomasico, hijo de Blas Ramírez se casó en las Matas de Farfán y se radicaron primero en Pajonal y luego en La Ceiba de Pedro Corto, San Juan teniendo las siguientes Cuatro hijas:
22.1 Eulogia Ramírez
22.2 Eusebia Ramírez " Sebíta"
22.3 Teresa Ramírez
22.4 Petronila
Hijos de Eulogia y su marido Meín
221.1 Reina Ramírez
221.2 Guila Ramírez
221.3 Ursula Ramírez
221.4 Manuel Ramírez
221.5 José Ramírez
221.6 Elpidio Ramírez, Padre de Angel Ramírez , el padre del Diputado Eulalio Ramírez
221.7 Zoilo Ramírez
221.8 Roberto "Beto" Ramírez
Hijos de Reina Ramírez
221.1 Emiterio "Miten" Ramírez
221.2 Orbito
221.3 Maria de Regla "Mayeya"
221.4 Luis
Hijos de Emiterio Ramírez "Miten"con Dulce Bautísta Peralta
2211.1 Amantina
2211.2 Cancia
2211.3 Juan Bautista "el mocho"
2211.4 German
22111.5 Hector
22111.6 Julian
2211.2 Órbito Ramírez
Hijos de Órbito Ramírez Con su esposa Lucía de Los Santos
22111.1 Nicolasa Ramirez de los Santos "Reyna". 757-1467
22112.2 Elvira
22112.3 Vitervo
22112.4 Carlos
22112.5 Alejandro
22112.6 Mariestela
22112.7 Gregorio
Con Evarista Ogando
22112.7 Bartolo
22112.8 Ovidia
22112.9 Amancia
22113.10Osvaldo
2211.3 Luis Ramírez
Hijos de Luis Ramírez Con Telesfora "Foró" Alcantara
22113.1 Nena Ramírez Alcántara Madre del Diputado Eulalio Ramírez Ramírez
22113.2 Rita
Con Elvegida Bidó
22113.3 Carlos Ramírez Bidó
22113.4 Jesús
22113.4 Valoy
22113.5 Felix
22113.6 Milton
22113.7 Carmen
22113.8 Antonio
22113.9 Rafael
22113.10 Yudelca
Con "Chichí" Tejeda
22113.11 Neuris
22113.12 Grecia
22113.13 Angela
22113.14 Nancy
22113.15 Cesar
22113.16 Flor
Eusebia Ramírez " Sebíta"
Hijos de Eusebia Ramírez Sebita
222.1 Bernabé "Bebé"
Hijos de Bernabé Ramírez y Rosa Pirón
2221.1 Lucita Ramírez Pirón
2221.2 Euclides
2221.3 Nelio
Hijos de Teresa Ramírez
Teresa se Radicó en el Paraje " la Columna" de Pedro Corto .
Petronila Ramírez
Hijos de Petronila Ramírez con Plácido
Juan Ramírez
Hijos de Juan Ramirez
2261.1 Ing. Agr. Juan B.Ramírez
2.15 Hijos de Rudescindo Ramírez "Rubí"
158 LOS RAMIREZ DE LA DESCUBIERTA -NEYBA
3.-Hijos de Juana Ramírez 2 hijos y 5 nietos
Juana Ramírez la única hermana del Tronco principal de los hermanos Ramírez de Azua, no se fué a Puerto Rico , se quedó en azua y se Casó con el señor Manuel Antonio Feliz también Azuano y tuvieron dos hijos:
3.1 Arturo Feliz Ramirez . muerto fusilado por los Españoles durante la guerra de restauración, por ser hijo de española formando filas con los dominicanos con los que se identificaba.
3.2 Jacinto Feliz Ramírez
Hijos de Jacinto Feliz Ramírez
3.2.1 José Joaquin Feliz
3.2.2 Juan Antonio Feliz
3.2.3 Maria Antonia Feliz
Sebastian Feliz
Ciriaco Feliz
4 Los Ramírez de "La Loma", Las Matas de Farfán
Bartolo Ramírez vino a Las Matas de Farfán desde Baní y se casó con Celia Aquino Troncoso de la Sección "La Estáncia" y se fueron a radicar en el Paraje "La Loma" de la Sección Las Carreras de las Matas de Farfán.
4 Hijos de Bartolo Ramírez
Con Celia aquino Troncoso
4.1 Daniel Ramírez Aquino
4.2 Carolina Ramírez de Ciccone radicada en Azua.
4.3 Tomás Ramírez Aquino
Otros hijos de Bartolo Ramírez
4.4 Adelaida Ramírez
Hijos de Daniel Ramírez Aquino
Con Mercedes Matos
4.1.1 Concepción " Concha" Ramírez Matos
con Rosa Emilia Romero Terrero
4.1.2 Memena Ramírez Romero
4.1.3 Felix Ramírez Romero
4.1.4 Rafael Ramírez Romero
4.1.5 Jovina Alicia Ramírez Romero de Arbaje
4.1.6 Isabel Ramírez Romero
4.1.7 Daniel Ramírez Romero y
4.1.8 Vianela Ramírez Romero
Con Brígida Martínez
4.1.9 Victor Ramírez Martinez
4.1.10 Celestino Ramírez Martinez
4.1.11 Nicolás Ramírez Martinez
4.1.12 David Ramírez Martinez
4.1.13 Hermínda Ramírez Martinez
4.1.14 Olimpia Ramírez radicada en San Juan.
4.2 Hijos de Carolina Ramírez Aquino y Nicolás Ciccone radicados en Azua
Hijos de Carolina Ramírez Aquino y el Italiano Nicolás Ciccone radicados en Azua
42.1 Elpidio Ciccone Ramírez
42.2 Hijos de Elpidio Ciccone Ramírez y Su esposa Anacaona Recio
421.1 Niccolino Ciccone Recio
421.2 Carolina "Carosa"
421.3 Camelia
421.4 Fernando Elpidio
421.5 Andrea
421.6 Yolanda
Atilio Ciccone Ramírez
Hijos de Atilio Ciccone Ramírez y su esposa Mencía Piña Comas
422.1 Ing. Cristian Ciccone Piña Miembro destacado de Fundacep.
422.2 su melliza Cristina
422.3 Nicolás
4.3 Hijos de Tomás Ramírez Aquino
4.31 José Dolores
4.32 Francisco
Virgilio
Bartolo
Celia y
Mercedes
Hijos de Adelaida Ramírez
4.4 Felix Ramírez Radicado en El Llano de Elias Piña.
HIJOS DE JOVINA ALICIA RAMÍREZ ROMERO
4.1.1 Jovina Alicia Ramírez Romero n 1899 en Las Matas de Farfán m 1947, se casó en 1919 en Las Matas de Farfán con Abraham Arbaje Neum n 1893 en Kara Masfur Líbano m 4/Ago. 1941.
Notas sobre Abraham Arbaje Neum: Hijo de Salomón Arbaje y de Elena Neum de Kara Masfur Líbano Hermano de : Salomón, José, Miguel, Martha y Jorge Arbaje Neum.
HIJOS DE ALICIA RAMÍREZ ROMERO Y
SU ESPOSO ABRAHAM ARBAJE NEUM
4.11.1 Abraham " Pipí" Arbaje Ramírez
4.11.2 Salomón "Món" Arbaje Ramírez
4.11.3 Elías Arbaje Ramírez
4.11.4 Isaias Arbaje Ramírez
4.11.5 Moisés "Musa" Arbaje Ramírez
4.11.6 Clodomiro " Colón" Arbaje Ramírez
4.11.7 Victoria Arbaje Ramírez
4.11.8 José Ramón " Miquelo" Arbaje Ramírez
4.11.9 Seneo Milagros Arbaje Ramírez
4.11.10Ligia Elena " Nydia" Arbaje Ramírez
4.11.11Wilson Antonio Arbaje Ramírez
4.11.12Adolfo Arbaje Ramírez
HIJOS DE ABRAHAM ARBAJE "PIPI" con su esposa Cruz Paradas
4.111.1 Daniel Oscar Arbaje Paradas
4.111.2 Victoria Elena Arbaje Paradas
HIJOS DE SALOMÓN ARBAJE "MON"
Con Altagracia Nidia Castillo
4.112.1 Cosme Isaias Arbaje Castillo Ing. Agrónomo.
Con Dilenia Tió Brea, de Valverde Mao.
Alicia Ibelka Arbaje Tió
Dinorah Inés Arbaje Tió
Marino Salomón Arbaje Tió
Samir Arbaje Tió
Ingrid Josefina Arbaje Tió
HIJOS DE ELIAS ARBAJE con su esposa Rafaela Echenique Batista
Alicia Carolina de la Altagracia Arbaje Echenique
Sócrates Arbaje Echenique
HIJOS DE ISAIAS ARBAJE No tiene
HIJOS DE MOISES ARBAJE " MUSA"
Con Liliana Tapia
4.115.1 Arturo Arbaje Tapia
Con su esposa Civeles Valenzuela Bera
Rosanna Alicia Arbaje Valenzuela
Moises Anibal Arbaje Valenzuela
Cibeles Lucía "Luchy" Arbaje Valenzuela
Adolfo Raymundo Arbaje Valenzuela
HIJOS DE CLODOMIRO " COLÓN" ARBAJE con su esposa Mercedes Lembert Matos
4.116.1 Leila Alicia Arbaje Lembert
4.116.2 Mayra Elena Arbaje Lembert
4.116.3 Tania Josefina Arbaje Lembert
HIJOS DE VICTORIA ARBAJE con su esposo Gilberto Aracena Rodríguez
4.117.1 Alicia Aracena Arbaje
4.117.2 Adolfo Elias Aracena Arbaje
4.117.3 Alcedo Elias Aracena Arbaje
4.117.4 Quisqueya Soledad de la Altagracia Aracena Arbaje
HIJOS DE JOSE RAMON ARBAJE " MIQUELO" con su esposa Mireya Oleaga Molina
4.118.1 José Abraham
4.118.2 Alicia Altagracia
HIJOS DE SENEO MILAGROS ARBAJE con su esposa Dra.Inés María Baez Draybi.
4.119.1 Alicia Inés Arbaje Baez
HIJOS DE LIGIA ELENA ARBAJE " Nydia" NO TIENE
HIJOS DE WILSON ANTONIO ARBAJE con su esposa Virgen Ortega
4.1111.1 Wilson Elias Arbaje ortega
ADOLFO ARBAJE MURIÓ NIÑO sin hijos.
5 Los Ramirez de El cercado
Los Hermanos Ramírez de El Cercado
5.1 Francisco Ramírez
5.2 Sención Ramírez
5.3 "Palmira" Ramírez
5.4 "Bohemia" Ramírez
5.1 Hijos de Francisco Ramírez y su esposa … Vallejo
Rufino Ramirez Vallejo
Corporina
Eliseo
Felix
Hijos de 51.1 Rufino Ramírez Vallejo y su esposa Carlita Ogando
Maura
Alvaro
Luis
Filla
Ninía
Biterva
Ana
Y con Augusta Oviedo Montero
Juan Ramírez Oviedo
Balarminio
Hijos de Sención Ramírez
52.1 Alfredo
52.2 Sergilio
52.3 Chepado
6 LOS RAMIREZ DE RUDESCINDA
en SAN JUAN
6 Hijos de Pedro Ramírez “Pedro Lula” y su esposa Rudescinda Ramírez Orozco
6.1 Teófilo Ramírez Ramírez
6.2 Eulogia “Lelín”
6.3 Lucía
6.4 Jesús
6.5 Juan Evangelista
6.6 Felix “Felito”
6.7 Mellizo Pedro Fallecido Infante
6.8 Mellizo Juan Fallecido Adulto , Un hijo También Fallecido.
6.1 Hijos de Teófilo Ramírez y Su esposa Inés María Alcántara
61.1 Simón Ramírez Alcántara Herrero y Mecánico pesado y empresario
de Manejo de Cargas pesadas y Gruas.
61.2 Rubén
61.3 Felix
61.4 Teodoro
61.5 Altagracia
61.6 Elsa
61.7 Lidia María
61.8 Franklin María
61.9 Olga María
61.10 Deisy Yoselin
6.2 HIJOS DE Eulogia “Lelín”
62.1 Prof. Agustín
62.2 Alba “Albita”
62.3 Sr. Mema
62.4 Rudescinda
62.5 Dorca
62.6 Julio
6.3 HIJOS DE Lucía Ramírez
63.1 Salvador “ Macho” Ramírez
63.2 Cesar
6.6 HIJOS DE Félix “Felito”Ramírez
66.1 Ana “ANITA”
66.2 Milagros “Milagrito”
UNA ORGIA DE SANGRE EN LA TIERRA DE TRUJILLO
Por: Juan Bosch
El asesinato de Nizao y la matanza de El Número. – El tétrico relato de un superviviente. – Un general trujillista, jefe de forajidos del régimen –Cómo ha sido posible describir la maquinaria de terror de la tiranía. – Escenas dantescas de crueldad inaudita.
Desde su lecho de hospital en una ciudad de provincias, un joven malherido y quemado, con el alma espantada por el terror pero el corazón templado por la lealtad, iluminó con un relato dantesco la tenebrosa cueva del trujillismo. Ese joven, chofer de camión, logró sobrevivir al abominable crimen de Nizao y a la matanza de El Número, perpretados el primero de junio de este año por el jefe de la aviación dominicana a instancias de su amo y señor, el dictador Rafael L. Trujillo. Asesinado inmediatamente después de haber hecho su macabra historia, Juan Rosario, de 21 años, murió con el triste privilegio de haber sido el único hombre que en veinte años de horrendos crímenes testimonió letra a letra su experiencia. Por primera vez a lo largo del trujillato, una persona supervivía el tiempo necesario para denunciar los métodos con que la maquinaria de terror del tirano ha estado exterminando a los dominicanos y paralizando de miedo a su desamparado pueblo.
El Tigre Ronda en la Sombra:
En la tarde del primero de junio, Juan Rosario atendía a la carga del camión que manejaba, el “ International” placa Núm. 9754, propiedad de Porfirio Ramírez Alcántara, “ su patrón”, según decía. Con cierta prevención, el chofer vió pasar por allí, varias veces, a Augusto María Ferrando, excapitán del Ejército, y recordó que tres días antes ese mismo Ferrando había suplicado a Ramírez Alcántara que lo condujera en su camión, pues se había quedado a pie en el entronque de dos carreteras.
Porfirio Ramírez Alcántara era comerciante, con establecimientos puestos en San Juan de la Maguana, en el sur del país, y en la Capital; desde su almacén de la Capital iba a salir al anochecer de ese día hacia San Juan, con doscientos quintales de harina, un chofer de reemplazo y tres peones; de manera que irían seis hombres en total, a menos que el tal Ferrando pidiera que lo llevaran de nuevo, en cuyo caso serían siete. Pero Ferrando desapareció a poco. En lugar suyo un hombre y una mujer de pueblo suplicaron al dueño que los dejara ir con él. Así, cuando el camión inició su partida, eran ocho los que salían hacía el sur, en un viaje llamado a terminar en la muerte. Ferrando no iba; Ferrando estaba allí cumpliendo su papel de “ chequeador”, como lo había cumplido tres días antes, cuando pidió un puesto en el vehículo con el encargado expreso de conocer desde adentro los movimientos del dueño. Ferrando era la mirada del tigre, que rondaba en las sombras.
Cuatro y medio kilómetros después de haber dejado la ciudad, el “ International” placa Núm. 9754 se detuvo en el puesto de guardia conocido por El Escuadrón. Allí como en todos los puestos similares a lo largo de las carreteras del país, el propietario dió los nombres de las personas que viajaban con él, él número de cédula de identidad de cada uno, marca, placa, capacidad y carga. Ya iba a reanudar viaje, cuando el sargento le pidió que llevara a ocho soldados que debían llegar esa noche a Nizao, un río que cruza entre las ciudades de San Cristóbal y Baní. Los soldados no portaban armas largas, cosa de tomarse en cuenta.
Juan Rosario la tomó, como tomó nota también de la salida de un
“comando”, que se adelantó dos o tres minutos al camión y partió en las sombras de la noche en dirección Sur. En la oscuridad, el
“comando” no se había dejado ver antes. El chofer llamó la atención del patrón. Los dos ignoraban que, tanto como Ferrando, ese vehículo era el tigre que rondaba en la noche.
“ El Patrón Luchaba como un León”
En la entrada del puente de Nizao el “International” se detuvo porque había que comprar el boleto para el cruce, y Ramírez Alcántara recordó a los soldados que debían bajarse, puesto que habían llegado a su destino. “No es aquí; es en la entrada del poblado”, respondió uno por todos.
Allí era la criminal cita. Al frenar para dejar en tierra a los ocho soldados, vieron de pronto el “comando” en las sombras
-¡ Muchachos, pie a tierra que estos bandidos nos han puesto una emboscada! - gritó Porfirio Ramírez.
En medio de la noche había distinguido uniformes de oficiales que portaban palos, y los había visto caminar sobre él con el paso aterrador de los felinos. Allí estaban Federico Fiallo, general de brigada y jefe de la aviación; los capitanes Alcántara y Almanzar, del Ejército, y con ellos el excapitán Augusto María Ferrando, el cobarde de “chequeador”. Acercándose a Ramírez Alcántara, el general Fiallo preguntó”
-“¿ Me conoces?”
Ciego de cólera, y seguro de que su hora final había llegado, Porfirio Ramírez, un hombrón de más de doscientas libras, de casi seis pies, valiente hasta la temeridad, respondió:
-¿Cómo no te voy a conocer, asesino?- y agregó de inmediato:
-¿ Es así que matan ustedes a hombres machos?
Federico Fiallo, ejecutor de mil crímenes, no esperaba semejante reacción. Tal vez por eso no atacó antes. Con la rapidez de la centella, Porfirio Ramírez saltó sobre él y le pegó en la quijada; y cuando el orondo general de brigada rodaba por tierra, mientras los soldados encañonaban a choferes, peones y acompañantes, avanzaron los oficiales con los palos en alto. Uno de ellos se lanzó sobre Ramírez. Pero Ramírez le arrebató el tronco y de un solo golpe lo dejó muerto.
Dos oficiales más cayeron, abatidos por el brazo vigoroso de aquel hombre que defendía su vida con la fiereza de un héroe.
-El patrón luchaba como un león, doctor – relataba al doctor Víctor Manuel Ramírez hermano de la víctima, horas después, el chofer Juan Rosario.
Porque era un león lo asesinaron. Desde tierra, magullado, humillado por el puño de Porfirio Ramírez, el general Fiallo ordenó que le dispararan. A los tiros cayó el bravo. Con la vehemencia de los saqueadores, antes aún de pensar en recoger los cadáveres de los oficiales muertos a palos de Ramírez, Fiallo y sus soldados se lanzaron a registrar los bolsillos de Ramírez, de donde extrajeron poco más de dos mil dólares; después arrastraron el cuerpo hasta un bosquecillo cercano.
La matanza de los Testigos:
Muerto Porfirio Ramírez Alcántara, cuyo imperdonable delito era ser hermano del general Miguel Angel Ramírez, -el hombre que dirigió en Costa Rica la batalla de San Isidro del General y batió allí a las fuerzas combinadas de la guardia nacional nicaragüense y del partido comunista centroamericano-, quedaban vivos siete testigos de la macabra acción dirigida por el jefe de la aviación trujillista: dos choferes, tres peones, un hombre y una mujer del pueblo.
“ Entonces—contaban en el umbral de la muerte Juan Rosario al atribulado hermano de Ramírez Alcántara - - Fiallo dió órdenes al jefe de los soldados que nosotros mismos habíamos transportados, para que se pusiera a manejar el camión y nos llevara al lugar que ellos sabían”
Ese lugar era El Número, vertiginosa curva en la ladera de las montañas, a cincuenta y cuatro kilómetros del sitio donde quedaba el cadáver de Porfirio Ramírez. Allí había otro “comando”, y, armados de palos, numerosos soldados y oficiales, entre los cuales el chofer Juan Rosario reconoció al capitán Almonte Mayer, al teniente Almánzar, al sargento de la policía nacional Alejandro Méndez, llamado a ser la última víctima del siniestro complot, y a un policía nombrado Horacio. A las Conminatorias voces de los asesinos, los aterrorizados del camión descendieron. Pero no se entregaron sin luchar. “Nos mataban a palos como si fuéramos fieras malas, doctor”, contaba Rosario. Y relató que él vió a la mujer pedir misericordia de rodillas, y caer después con el cráneo destrozado a resultas de un terrible garrotazo; que vió a uno de los peones saltar enloquecido al abismo, tras haber recibido un feroz golpe en la frente.
Tendido allí, como muerto entre los cadáveres, Juan Rosario advirtió que los tomaban uno a uno, los metían en el camión, descargaban el tanque auxiliar de gasolina que llevaban en todos sus viajes, regaban la gasolina sobre los cuerpos y en todo el vehículo, le pegaban fuego y luego empujaban el International hacia el derriscadero. El camión fue cayendo, envueltos en llamas; pero los troncos y los grandes pedruscos lo pararon cuando apenas llevaban veinticinco metros barranco abajo. Vivo y consciente, el chofer Juan Rosario sentía el fuego quemándole las carnes; y no lanzaban un quejido porque sabía que si los monstruos que desde el filo del abismo esperaban que todo quedara consumido por las llamas le oían, iban a rematarlo a tiros. Aunque era parte del complot no disparar, para que no se oyeran las detonaciones, lo harían en última instancia, como lo hicieron en Nizao cuando comprendieron que sólo a fuerza de balas podían liquidar al
“patron”. Así, Juan Rosario prefirió el fuego. Y cuando oyó a los criminales alejarse, se arrastró como pudo, abandonó el humeante montón de hierros y cadáveres y se lanzó a cortar monte, camino de la salvación.
Ese muchacho de 21 años, hombre de pueblo, que tenía en el pecho un corazón de roca, aprovechaba el fúnebre privilegio de superviviente de los millares de crímenes con que Trujillo ha aterrado al país. Antes de ser rematado en el hospital de Baní pocas horas después, su voz apasionada de indignación y de hombría iba a alumbrar la cueva siniestra del trujillato. Por esa voz iba a conocerse pieza a pieza el engranaje de asesinatos y despojos que ha puesto a funcionar la tiranía.
Los Conjurados de la Dignidad:
En la mañana del dos de junio, el doctor Víctor Manuel Ramírez Alcántara, médico que ejercía en San Juan de la Maguana, recibió una llamada telefónica. Un amigo le avisaba que el Cónsul de Suecia, en viaje desde la Capital, acababa de informarle que en la curva de El Número había un camión, el cual ardía con sus ocupantes todavía en la mañana; según el Cónsul, gente del lugar afirmaba que el camión era propiedad de un señor Ramírez de San Juan. El doctor Ramírez Alcántara no había colgado aún el teléfono cuando ya estaba pensando salir hacia El Número. Cuando llegó allí el “International” ardiendo veinticinco metros abajo, en los abismos. Quiso lanzarse en pos de los cadáveres, siquiera; pero tres soldados, un fiscal y un juez se lo impidieron. La indignación cundía entre los campesinos que presenciaban la escena. Uno de ellos se acercó al médico.
-Dicen que en Baní hay un herido. Vaya a verlo, porque a su hermano lo asesinaron éstos -dijo señalando hacia los soldados.
Una hora después, el doctor Ramírez Alcántara estaba en el hospital de Baní, la ciudad donde el buen destino de Cuba quiso que naciera su libertador. Valiéndose de toda suerte de argucias, se acercó al herido. Era Juan Rosario, malamente golpeado en la cabeza, quemado y pálido de angustia.
-¡Doctor, anoche mataron al patrón! -dijo el muchacho.
Y tratando que no le oyeran las enfermeras, hizo el tremendo relato del espantoso crimen de Nizao. No olvidó un detalle. El sabía que estaba condenado a muerte, y no precisamente por sus heridas, pues el doctor Ramírez Alcántara calculó que podía curar en cuarenta días, sino porque la bárbara cuadrilla que Trujillo mandó a la masacre volvería por él. El grave error tenía que ser subsanado cuanto antes. Lo fue. Dos horas después, Juan Rosario sería ultimado en la misma cama donde hizo la trágica denuncia.
Y con ella, el médico volvió a Nizao en busca del cadáver de su hermano. No estaba, aunque se veían por allí charcos de sangre. Un viejo campesino le contó que en la alta noche había oído tiros y que un nieto suyo había visto al amanecer el cuerpo de un hombre. Estando allí oyó referir que en las cercanías de Baní enterraban un hombre. Corrió allá; pero el muerto no era su hermano, sino el peón que al golpe del madero con que se le asesinaba había saltado al fondo del abismo, en un grotesco y terrible salto mortal.
Por donde se moviera, el médico hallaba gente de pueblo acumulando detalles. Había en medio del terror una conjura, la de la dignidad; y anónimamente todo el que podía se enrolaba en ella. Nadie quería que por cobardía suya quedara en las sobras la triste hazaña del tirano. El último en formar fila entre los conjurados de la dignidad fue el sargento Alejandro Méndez. Llegó a la consulta del doctor Ramírez y contó su tortura: él había participado en el crimen, aunque no a conciencia. Estando en su puesto en San Juan, a prima noche del jueves día primero, había recibido órdenes de hacerse acompañar de un policía y trasladarse en un “ comando” al lugar que se le indicara. El “comando” pasó a recogerlo; iban montándolo el Capitán Almonte Mayer, el teniente José de las Cruz Almánzar y varios números. Ya en El Número, se detuvieron a esperar, hasta que asomó por la curva el camión que poco antes había sido el instrumento de trabajo de Porfirio Ramírez.
-Su hermano no estaba en él, doctor; lo habían matado en Nizao, según dijeron después los soldados que venían en el camión. Nos dieron orden de asesinar a los peones, a los choferes, a una pobre mujer... A usted van a matarlo también. Cambie de aposento, porque lo vigilan.
En la cueva del Monstruo:
En Santo Domingo es tradicional que entre los Ramírez de San Juan el valor se da silvestre; y el médico Víctor Manuel y su hermana Genoveva viuda de Iriarte no iban a ser excepción en la familia. Con toda entereza se dieron a denunciar el crimen de esquina en esquina. Conocían al dedillo cada paso de los asesinos; habían tenido la amarga fortuna de descubrir los hilo del complot. Colérico, Trujillo ordenó que se les llamara a la Capital. El Procurador General de la Nación – equivalente al Ministro de Justicia en otros países -los hizo llevar a su despacho para pedirles cuenta. Ellos estaban haciendo rodar el rumor de que el Gobierno había asesinado a su hermano, y eso tenía una grave pena según ellos no ignorarían. El doctor Víctor Manuel Ramírez y su hermana Genoveva supieron responder:
-Nosotros no acusamos a nadie; simplemente relatamos los pormenores, tal como nos fueron comunicados por una de las víctimas antes de morir.
El productor General no esperaba esa respuesta; ni podía sospechar que puestos en procura de datos, los hermanos del muerto principal en aquella sangrienta orgía del trujillato sabían más cosas de las que convenían al régimen. Por ejemplo, que el martes treinta de mayo el general Fiallo y el ex capitán Ferrando habían llegado a San Juan en avión, habían hablado más de dos horas con el jefe de la guarnición, y habían preparado los detalles del crimen; sabían los nombres de todos los oficiales que tomaron parte de la triste acción y la forma en que actuó cada uno. Además, a la hora de su entrevista con el Procurador General, no había aparecido el cadáver de Porfirio Ramírez y un cadáver no puede perderse misteriosamente sin que haya complicidad de las autoridades.
Cogido en la trampa de su legalismo, el funcionario no tuvo más remedio que iniciar un proceso y desde luego, avisar a Trujillo. La próxima llamada que recibió el doctor Ramírez Alcántara, partió del Palacio presidencial. Allí le tocó ver de frente al monstruo. Allí oyó a Trujillo hacer protestas de inocencia, asegurar que el general Fiallo había obrado sin órdenes suyas, afirmar que la justicia de su régimen caería
Documento suministrado por José Enrique Méndez Díaz
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